Un despiste con las llaves, al aparcar en el garaje, unas ramas al atravesar un camino rural… Son muchas las razones que pueden hacer que aparezca una leve ralladura en nuestro coche. Pero no siempre es necesario acudir al taller para repararlo. Cuando el arañazo no alcanza mucha profundidad podemos solucionarlo nosotros mismo empleando diferentes productos.
Lo primero es tener claro cuando es una rayadura o arañazo leve y cuando es más profunda. Para ello primero tendremos que lavar cuidadosamente la zona. A veces, en los casos más leves puede ser suficiente con esto. Si no es así y la ralladura solo afecta al barniz o laca y no a la pintura ni por supuesto al metal de la carrocería podremos intentar eliminarlo nosotros mismos con ayuda de algunos productos.
DAÑOS EN EL BARNIZ
Para las reparaciones del barniz, lo mejor es adquirir un kit de pulido en tiendas especializadas que suelen incluir esponjas para la aplicación del producto y paños de microfibras. Es importante leer bien las instrucciones y utilizar el producto con el coche expuesto al sol.
Si la ralladura traspasa un poco el barniz puedes utilizar una lija 1500/200. El proceso comienza mojando la lija en agua y novelando la zona con suaves movimientos circulares. Después limpiaremos de nuevo la zona afectada con agua y secaremos con el paño de microfibras. A continuación, pulimos con el producto hasta recobrar el brillo de la pintura y finalmente podemos terminar la reparación aplicando una capa de cera para un resultado óptimo.
ROTULADORES ANTI ARAÑAZOS
Cuando los daños afectan a la pintura, los rotuladores “touch up” son la mejor solución. Previamente nos informaremos con la marca sobre el código de color específico de nuestro automóvil. Una vez obtenida esta información, podremos adquirir un Kit con varios productos.
Es muy importante, al igual que en el caso anterior, utilizarlo siempre si estar expuestos al sol. Aplicaremos la punta del rotulador, o pincel en algunos casos, sobre el arañazo con toda la precisión posible. Ten a mano un poco de papel para eliminar los excesos ya que la tinta se seca rápidamente. En algunos casos necesitaremos pasar el rotulador más veces hasta eliminar la ralladura pero siempre deberemos dejar secar entre cada pasada. Después, para terminar, podemos aplicar un producto de limpieza y pulido como toque final y dejaremos secar durante varias horas.